Chevelle

Chevelle

Por: Alvaro Oña

@iamalvaroona

Es la tercera vez que veo a esta banda y siempre siguen dando lo mejor de sí en vivo. Chevelle, fueron unos verdaderos artistas desde el principio, subieron al escenario y animaron al público de inmediato. Con “Young Wicked” Tuvieron un sonido genial desde la primera nota y empezaron el espectáculo como estrellas de rock modernas con una energía increíble. La iluminación estaba notablemente bien coreografiada. La segunda canción “Self Destructor” empezó en la oscuridad y solo el bajo, la guitarra y la voz tocaron las primeras líneas. Cuando Sam Loeffler entró con golpes individuales en la batería, las luces destellaron únicamente en su batería en un tiempo perfecto. Luego, las luces se encendieron al ritmo de cada golpe de baqueta hasta que todo el escenario se iluminó, inundando a Pete Loeffler (voz principal/guitarra).

La siguiente canción que tocaron fue “Roswell’s Spell”, que fue una de las favoritas de la noche. Tenía todo lo que cualquiera buscaría en una canción y una actuación: armonías, dulzura vocal, gruñidos de pasión y un ritmo enérgico.

 La multitud en el foso se volvía loca con cada canción que tocaban, nunca antes había visto algo así. Esos chicos Loeffler siempre tienen una fuerte presencia rítmica en su espectáculo en vivo. Siempre me encanta la producción que traen a cada gira

“Send the Pain Below” y Peter hizo que la multitud cantara con él. Fue como un cántico alegre en la audiencia repleta. Al final, todas las manos se levantaron en el aire con aplausos. Chevelle dio las gracias y despejó el escenario. Después de dos minutos completos de incesantes ovaciones, Pete volvió al escenario con su guitarra para cantar una versión en solitario de “The Red”.